La Blogotheque es mi nuevo sitio favorito: «Chaque semaine, une session filmée avec un artiste ou un groupe invité à jouer dans la ville, un bar, la rue, un parc, un appartement, avec les incidents de passage, les hésitations, les coups de folie. Sans montage cosmétique, avec un son brut : capturer un instant, filmer la musique comme elle est arrivée, sans préparation, sans artifices».
Cada semana, este sitio francés filma una sesión con un artista o un grupo invitado que toca en la ciudad de París (u otras ciudades), en un bar, la calle, un parque, un departamento, lleno de incidentes y pormenores, arranques desequilibrados. Sin ningún tipo de planificación de escenografía y con un sonido al natural, sin refinar: capturado al instante, música filmada tal y como suena, sin preparación, sin artificios.
Como ejemplo, el grupo francés Phoenix tocando una de sus canciones más famosas, Lisztomania, de manera precaria, montados en un autobús turístico de dos pisos en la ciudad de París, con gente que no tiene la menor idea de quienes son, y con instrumentos improvisados. Aún así, su música vibra durante el recorrido. Maravilloso y divertido.
Phoenix - Lizstomania / One time too many - A Take Away Show from La Blogotheque on Vimeo.
La Blogotheque llama a estos conciertos concerts a emporter: conciertos para llevar (take away shows). Hay una infinidad de artistas conocidos y otros por ser descubiertos por el público general. Entre los grupos conocidos la Blogotheque tiene un par de conciertos para llevar de mis geeks favoritos: Arcade Fire. También tienen concerts a emporter de José González, The Kooks, mis adoradas Ondas Marteles (un par de hermanos parisinos que pasaron de tocar boleros y música cubana a tocar rockability), Sigur Ros, Animal Collective, y hasta Tom Jones. Hay para todos y para todos hay. Me pregunto si irán a filmar algún día un concert a emporter de The Swell Season. Son perfectos para este tipo de proyectos y uno de mis grupos favoritos...
Los dejo con un concert a emporter de música rockabilty del grupo parisino Las Ondas Marteles seguido de otro concierto de un grupo de Islandia, Sigur Ros, ambos tocando en diferetes cafés de París.
Las Ondas Marteles - Poor Little Baby - A Take Away Show from La Blogotheque on Vimeo.
Sigur Ros - Við spilum endalaust - A Take Away Show from La Blogotheque on Vimeo.
A ustedes, ¿a quiénes les gustaría ver en uno de estos conciertos para llevar?
sábado, 20 de febrero de 2010
domingo, 14 de febrero de 2010
El triángulo de la pizza
Hace una semana, cuando Edgar estaba aún de viaje en Buenos Aires, en una plática por Skype nos enteramos de que habíamos comido exactamente lo mismo, pero diferente. Sofía y yo habíamos comido una pizza bastante buena (no la mejor que he probado, pero buena) en Ray's Pizza, una de las tantas sucursales fuera de Nueva York de ese icónico lugar de la Gran Manzana donde supuestamente se sirven las mejores pizzas estilo neoyorquino: pan súper delgado y el queso aún burbujeante cuando te la sirven.
Edgar también había comido pizza, aunque un tanto más espectacular, en El Cuartito, una pizzería que se especializa en la fugazzeta, plato inventado en La Boca. Para hacerla, la masa de fugazza se rellena con queso cuartirolo o mozzarela, y se le pone cebolla rayada arriba que se carboniza al hornearse.
Al intercambiar experiencias y reírnos de la coincidencia de haber comido pizza el mismo día (sobre todo porque no somos precisamente fanáticos de la pizza y la comemos tal vez una vez al año y sólo en un lugar que merezca la pena), recordamos otra gran pizza que compartimos juntos el verano pasado, pero esta vez en un viaje a Italia con mi mamá. No fue en una pizzería, sino en una panadería de la zona de Trastevere en Roma: Forno la Renella, una institución de la zona. La pizza se compra por rebanada y por peso (al taglio) y los ingredientes varían dependiendo de la temporada. Deliciosa.
Mientras escribo esto, se nos ha abierto el apetito. Creo que hoy intentaremos hacer una fugazzeta. Ya les contaré cómo nos fue en las próximas semanas con fotos y reseña. Los dejo con un video con una serie de fotografías de las fugazzetas de El Cuartito. Sólo hagan clic en el enlace de abajo. ¡Hasta la próxima!
Edgar también había comido pizza, aunque un tanto más espectacular, en El Cuartito, una pizzería que se especializa en la fugazzeta, plato inventado en La Boca. Para hacerla, la masa de fugazza se rellena con queso cuartirolo o mozzarela, y se le pone cebolla rayada arriba que se carboniza al hornearse.
Al intercambiar experiencias y reírnos de la coincidencia de haber comido pizza el mismo día (sobre todo porque no somos precisamente fanáticos de la pizza y la comemos tal vez una vez al año y sólo en un lugar que merezca la pena), recordamos otra gran pizza que compartimos juntos el verano pasado, pero esta vez en un viaje a Italia con mi mamá. No fue en una pizzería, sino en una panadería de la zona de Trastevere en Roma: Forno la Renella, una institución de la zona. La pizza se compra por rebanada y por peso (al taglio) y los ingredientes varían dependiendo de la temporada. Deliciosa.
Creo que los comunes denominadores de todos los grandes establecimientos de pizza, ya sea en Italia, Nueva York o Argentina (aka, el gran triángulo de la pizza), son:
- Comensales de todas las clases sociales, sin distinción
- Una barra donde la gente come parada o en banquillos
- Cerveza local
- La opción de pedir por rebanada o por peso, no sólo pizzas enteras
- Decoración ecléctica, de preferencia deben haber anuncios, fotografías de familiares y amigos, fotografías de los hijos (preferentemente de bebés), fotografías de personalidades del espectáculo, políticos o deportistas famosos (por ejemplo, en Ray’s pizza hay fotografías firmadas de beisbolistas; en El cuartito, fotos de varios jugadores de futbol, incluido Maradona; en La Renella, anuncios de papel por toda la pared ofreciendo y solicitando de todo).
Decoración ecléctica en El Cuartito:
Mostrador de Ray's Pizza:
miércoles, 10 de febrero de 2010
A veces no hay tiempo para el tiempo libre
Pues sí, a veces el trabajo y otras cosas nos absorben tanto que no hay tiempo... de tener tiempo. Tiempo para leer los dos libros que se quedaron en la mesita de noche desde antier (Crónicas de Bosnia de Ivo Andric y Sailing the Wine-Dark Sea the Thomas Cahill, ambos sobre do culturas mediterráneas: la bosnia y la griega, respectivamente) con el separador de libros en el mismo lugar; tiempo para hacer un pan de soda, típico pan de Irlanda que quiero tener listo junto con una sopa Colcannon, también de la Isla Esmeralda, para recibir a Edgar que vuelve mañana de Buenos Aires y que tanto se le extraña; tiempo para pasear a mi perro por más de 20 minutos; y claro, tiempo para escribir en el blog, entre otras miles de cosas en mi lista.
Así que me despido con una fotografía de un pastel que hice la semana pasada (porque ésta no tuve tiempo). Tenía planeada una entrada sobre los pasteles de chocolate y la historia del ganache... pero ya será otro día.
Éste es un pastel de chocolate llamado "All American Chocolate Torte". Tiene poca harina y mucho chocolate derretido. Es delgado, pero llenador, y no muy dulce. Perfecto con un café fuerte en las mañanas o como postre con una copa de vino blanco... o un buen helado de vainilla, con leche entera orgánica ¡y vainilla de Papantla!
Como siempre, pueden solicitar la receta por aquí. ¡Hasta mi próximo tiempo libre!
Así que me despido con una fotografía de un pastel que hice la semana pasada (porque ésta no tuve tiempo). Tenía planeada una entrada sobre los pasteles de chocolate y la historia del ganache... pero ya será otro día.
Éste es un pastel de chocolate llamado "All American Chocolate Torte". Tiene poca harina y mucho chocolate derretido. Es delgado, pero llenador, y no muy dulce. Perfecto con un café fuerte en las mañanas o como postre con una copa de vino blanco... o un buen helado de vainilla, con leche entera orgánica ¡y vainilla de Papantla!
Como siempre, pueden solicitar la receta por aquí. ¡Hasta mi próximo tiempo libre!
jueves, 4 de febrero de 2010
Del horno: Scones
Hoy horneé scones, un panecillo delicioso, entre dulce y salado, originario de Escocia, pero internacionalizado por los ingleses. Es un elemento esencial de la "hora del té", pero nosotros nos los comemos igual con un té inglés o con un buen café.
Se le puede agregar de todo a la receta básica, como ralladura de naranja, chispas de chocolate, jengibre, maple o nueces, pero a mí me gustan con pasitas y con más sal que azúcar. Son deliciosos acompañados de una buena mantequilla y mermelada o conservas hechas en casa.
Son facilísimos de preparar, no se requiere ningún ingrediente sofisticado y se hornean en menos de 20 minutos. Si a alguien le interesa la receta, con gusto se las paso. Pídanmela por correo o por medio de un comentario aquí. Pueden hacerla un domingo y les rinde toda la semana (salen todos los que ven en la foto del platón). Son buenísimos, y lo mejor es que la casa acaba oliendo delicioso.
Se le puede agregar de todo a la receta básica, como ralladura de naranja, chispas de chocolate, jengibre, maple o nueces, pero a mí me gustan con pasitas y con más sal que azúcar. Son deliciosos acompañados de una buena mantequilla y mermelada o conservas hechas en casa.
Son facilísimos de preparar, no se requiere ningún ingrediente sofisticado y se hornean en menos de 20 minutos. Si a alguien le interesa la receta, con gusto se las paso. Pídanmela por correo o por medio de un comentario aquí. Pueden hacerla un domingo y les rinde toda la semana (salen todos los que ven en la foto del platón). Son buenísimos, y lo mejor es que la casa acaba oliendo delicioso.
miércoles, 3 de febrero de 2010
Un rincón en un rincón de Buenos Aires
Una contribución de Edgar directo desde Buenos Aires
-Servido caballero- dice el mozo mientras coloca un inmenso plato de fabada asturiana en el centro de la mesa. -Pero si le pedí media porción- le contesté preocupado al ver la bomba que me hacía ojitos. -Correcto, media porción.
Mientras me las ingenio para atacar este platazo de alubias, morcilla, panceta, orejas y demás partes del cerdo observo un juego de fútbol entre el Vélez y el Arsenal en un televisor que cuelga frente a mí. El partido es malo, muy parecido a los de México: lento y desorganizado. De repente, el “Burrito” López anota el primer gol del encuentro. ¡Gol! Gritan los pocos comensales que se encuentran en el lugar ¡y es que a penas acababan de abrir! En Buenos Aires la gente cena tarde, muy tarde, tipo 10:30pm – 11:00pm. No sé cómo le hacen para ir a “laburar” al otro día, o cómo no están gordos.
En las paredes cuelgan imágenes raras: el retrato de Francis Ford Coppola; un certificado de permiso de 1952 tan viejo como las latas de conservas que suspiran cada vez que alguien se asoma a la puerta; un letrero que dice “Hay jamón crudo de las Sierras Cordobesas”; un escudo de la ciudad de Zaragoza y otro muy curioso: un escudo con una cruz amarilla en fondo azul que dice: “Franco”. Desconozco si se trata del apellido o del dictador.
Mientras sigo comiendo (el plato parece interminable) y sin razón alguna, recuerdo la historia de Matutín que escuché esta mañana en la radio: se trata de un niño huérfano Haitiano de 2 años, al cual una valiente Argentina de 52 está tratando de adoptar. Lo irónico es que el proceso puede durar hasta 10 años y para entonces Matutín será un preadolescente. Ojalá lo logre y un día visite este lugar.
Mientras me sirvo un poco de cerveza Quilmes la persona junto a mí pide dos hesperidinas, un aperitivo argentino elaborado con corteza de naranjas amargas. ¡Mierda! ¡Por qué no pedí eso! La magia del momento es interrumpida por el grito repentino de los comensales celebrando el segundo de “El Burrito”- Este pibe puede ser como Mecí- comenta un cocinero que ha venido corriendo desde la cocina al escuchar los gritos de la gente. Yo pido la cuenta y salgo sin antes despedirme de los mozos, que aunque muy serios y lentos, me han tratado bien.
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Afuera Buenos Aires camina, suda y respira. Polleras (faldas) y remeras (playeritas) cortas flotan en el aire húmedo y caliente del sur invadiendo las calles. No es difícil imaginar a Borges viviendo aquí, aunque estuviera ciego.
Edgar Hernández
-Servido caballero- dice el mozo mientras coloca un inmenso plato de fabada asturiana en el centro de la mesa. -Pero si le pedí media porción- le contesté preocupado al ver la bomba que me hacía ojitos. -Correcto, media porción.
Mientras me las ingenio para atacar este platazo de alubias, morcilla, panceta, orejas y demás partes del cerdo observo un juego de fútbol entre el Vélez y el Arsenal en un televisor que cuelga frente a mí. El partido es malo, muy parecido a los de México: lento y desorganizado. De repente, el “Burrito” López anota el primer gol del encuentro. ¡Gol! Gritan los pocos comensales que se encuentran en el lugar ¡y es que a penas acababan de abrir! En Buenos Aires la gente cena tarde, muy tarde, tipo 10:30pm – 11:00pm. No sé cómo le hacen para ir a “laburar” al otro día, o cómo no están gordos.
Estoy en “El Preferido de Palermo” un típico bodegón español que propone un ambiente básico, sin lujos e incómodo (seguramente para que la gente coma y se vaya). Ubicado en la Calle Borges 2108, (misma que lleva el nombre del poeta que vivió en frente) este lugar sirve clásica comida española y porteña: jamón, sopas, callos, arroces, cazuelas de mariscos...
Mientras me sirvo un poco de cerveza Quilmes la persona junto a mí pide dos hesperidinas, un aperitivo argentino elaborado con corteza de naranjas amargas. ¡Mierda! ¡Por qué no pedí eso! La magia del momento es interrumpida por el grito repentino de los comensales celebrando el segundo de “El Burrito”- Este pibe puede ser como Mecí- comenta un cocinero que ha venido corriendo desde la cocina al escuchar los gritos de la gente. Yo pido la cuenta y salgo sin antes despedirme de los mozos, que aunque muy serios y lentos, me han tratado bien.
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Afuera Buenos Aires camina, suda y respira. Polleras (faldas) y remeras (playeritas) cortas flotan en el aire húmedo y caliente del sur invadiendo las calles. No es difícil imaginar a Borges viviendo aquí, aunque estuviera ciego.
Edgar Hernández
El museo de los robots
Me encantan los objetos modernos y divertidos, de esos que sólo de verlos te ponen de buen humor. Hay una tienda/taller que se llama Museum of Robots que fabrica accesorios domésticos con diseños súper divertidos. Todos sus objetos están inspirados en los robots, lo que los hace futuristas y “retro” a la vez, y transmiten esa nostalgia con aspiraciones de modernidad de los 50 y los 60 que tanto me gusta. Además, todo lo que hacen es ecológico y de edición limitada, así que al comprar algo de ellos estás adquiriendo también una pieza de arte funcional.
Me encantaría que aterrizara este platillo volador sobre mi mesa...
O éste...
¿Y qué me dicen de este salero y pimentero intergalácticos?
Aquí les va el enlace: museumofrobots.com
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